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lunes, 19 de agosto de 2013

BRAHM DARSHAN Y EL CAMINO DEL SILENCIO, por el Escritor y literato JORGE LUIS OBANDO, Universidad Federico Villarreal, Lima-Perú


Un libro que recopile más de 30 años de poesía bien puede acercarnos a la comprensión de la poética de su autor. En este caso la poética se convierte además en la certeza de una búsqueda exitosa. Porque hay mucho de búsqueda y de sublimación en la obra del poeta místico Javier Ortiz Cabrejos, en su Brahm Darshan, o para un mayor acercamiento, simplemente “Himnos”.

 Los Himnos, están organizados siguiendo una cronología que nos lleva a ir con él de la mano hacia la búsqueda de un camino personal. Una exploración por la ruta de la percepción existencial del cosmos, y la negación de un vacío para la búsqueda de las grandes respuestas en la corriente de la espiritualidad. Como todo camino, éste no se muestra sereno o plácido al comienzo. La búsqueda es muchas veces angustiante y el camino es de un gran vacío ante la soledad inmensa del universo. Dan ganas de gritar y así lo hace en uno de los primeros versos del poemario, Umbral (1981):




¿Qué sucede?
¿Qué es lo que pasa? 

¿Dónde está mi cuerpo? 


Me estoy deshaciendo 

Me estoy expandiendo

¡Me estoy convirtiendo en luz! 



La poesía se convierte en un acto de entrega a una totalidad que aunque desconocida, llena de respuestas el yo poético, ansioso de ser Uno con el cosmos. Solo en la calma del Uno, el verso alcanza una seguridad, una tranquilidad momentánea, pero exitosa:





Danzo en comunión 
Creando lagos y torrentes 

Mientras mi espíritu 

Se regocija en tu Ser 

                       Tu dulce Ser 




La poesía mística pues, tiene tres componentes inmanentes: desesperación, búsqueda, y éxtasis. El éxtasis pleno, despojado de los aspectos subliminales de erotismo, muchas veces confundido por lecturas que desconocen el sentido exacto de la mística, que existe ya en textos tan antiguos como El Yogasutra de Patanjali, o las historias de los místicos medievales donde la unión con lo espiritual se convierte en una entrega total del Ser pleno hacia la Universalidad. Muchas veces se confunde pues, el éxtasis místico con el tantrismo, que implica erotismo y entrega carnal pero con referentes místicos. No es el caso del éxtasis, donde la persona se conecta en un sentido espiritual (aunque todo el ser está implicado) con la divinidad, haciéndose de ésta manera UNO con el universo, y accediendo a los grandes misterios que su alma necesita.

El éxtasis místico es uno de los temas donde la poesía de Javier Ortiz Cabrejos se eleva a niveles altos de sensibilidad y belleza, comparable a los grandes versos del Rubaiyat y al Cantar de los Cantares:



AMOR LIBRE (1995) 


Tu cuerpo.....


Tu cuerpo infinito 

busca unirse con el mío 

                    y no me niego 


Me seduces en todas las formas que tú creas 


Me guiñas el ojo y juegas 


Apareces y desapareces 


Te acercas a mí 


                                     Me acaricias 


Tanto tiempo a tu espera 


Finalmente decides tomar forma humana 

y dejar que te perciba 

Señor 

Mi amor 

Que vengan todos los cuerpos que tú quieras 


                            Ámame



La poesía recupera las metáforas de la naturaleza, del océano, de la sangre, del cosmos, los aspectos básicos del mundo para la composición de los versos. Esto nos lleva a una antigua época, a los grandes versos del pasado oriental, donde el lago, el río, el océano, la montaña y el árbol simbolizaban las etapas del alma humana. Estos poemas de Brahm Darshan recuperan los secretos de la naturaleza para señalar los estados del alma en el camino a su gran despertar espiritual, sobre todo en el libro Versículos (2005).

La poesía de Javier Ortiz Cabrejos por instantes nos puede llevar a la serenidad de la luminosa plenitud mística, así como en otro momento llevarnos al más angustioso vacío, no tanto del poeta que ha llegado a la paz similar al nirvana, sino de la desesperación de un mundo que no parece escuchar, que no quiere escuchar. Es aquí cuando los Himnos dejan escuchar su voz más desgarradora, convirtiéndose en un grito de angustia, de advertencia al recorrer una certeza de incomprensión, de rechazo e ignorancia:



TEMPLOS (2007) 


VIII


                  noconstruyatemplos
                 noconstruyatemplos
                 noconstruyatemplos 

No construyan templos 


                 si no ven antes 

                 un templo 
                 en cada grano de la creación 

si no sienten primero 

el templo     en el altar de su corazón


Los versos de Javier Ortiz Cabrejos conllevan una búsqueda de la paz y un testimonio de armonía posible en medio del caos de los tiempos modernos. En esta caso la portada del libro es significativa, Siddharta, el alter ego de todo buscador orientalista de la verdad, viviendo en la serenidad en medio del océano más intenso y el espacio más pequeño. La paz, no es cuestión de una búsqueda sin sentido, sino que la espiritualidad, la mística, hace posible alcanzar la meta, desarrollar una plenitud en la unidad con el cosmos. A partir de esto, la poesía de Javier Ortiz Cabrejos se convierte en un testimonio, y un llamado a las generaciones que son partícipes de los mismos ruidos pero también de las mismas posibilidades de armonía y comunión con el cosmos.

Como nos señala el título del último poemario de Himnos, SILENCIO (2010) (y aquí hago silencio, dejando que el poeta nos explique la importancia del silencio, de la vida simple y sencilla):


XIII 



Silencio 
              arrullante nube de conciencia 

la tierra desea     esas gotas frescas 

                                que aligeren su sed 

por eso 


                                 déjame volver 


tus frutos     no significan     tu ausencia





JORGE LUIS OBANDO
Escritor y Profesor de Literatura 
Universidad Federico Villarreal
Lima, Perú.

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