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viernes, 30 de agosto de 2013

NOTAS SOBRE BRAHM DARSHAN POR EL DR. JOSE ANTONIO CARBONELL, Lic. en LITERATURA Y FILOSOFÍA DE LA UNIVERSIDAD JAVERIANA DE BOGOTÁ. COLOMBIA.

PRIMERO
La poesía recogida en el libro Brahm Darshan, Himnos, de Javier Ortiz Cabrejos es una obra de precisión. El conjunto recoge la producción poética de más de treinta años de trabajo. Son dieciocho poemarios en los que se despliegan un poco más de cien poemas. La brevedad misma indica un camino de depuración, de construcción cuidadosa, filtrada. El lapso, a veces grande, entre unos y otros, señala también una escogencia de momentos finos, agudizados por la fabricación esmerada y paciente. Leyéndolos tiendo a recordar la comparación que suele hacerse de la manera cómo científicos y poetas seleccionan sus palabras. Las eligen con el cuidado suficiente para denotar los más estrictos significados; en los lenguajes de la ciencia acortar o eliminar la ambigüedad es una necesidad intrínseca del oficio: la obligación de expresarse con la mayor exactitud. Por su parte, las palabras al ser célula viva de la poesía llevan un designio de rigor aunque exploren significados amplios, a veces múltiples y contrarios. La certidumbre, concisión, minuciosidad con que son dispuestas las palabras, imágenes y frases se vuelve una condición del carácter de esta poesía de Brahm Darshan. Se siente que han sido traídas por su valor explícito y no intercambiable. Son una sobriedad y quintaesencia.

SEGUNDO
Tal vez por su formación y práctica como arquitecto, la escritura de Javier Ortiz Cabrejos está en una obra que se despliega espacialmente. Es una poesía eminentemente visual, construida no solo para ser leída u oída sino para ser vista, recorrida, ya que palabras y sonidos conquistan el espacio. (El poeta se adentra en la ya vieja y prolífica tradición de poesía visual que en Occidente se revitaliza desde los experimentos de Mallarmé a fines del s. XIX). Hay un diseño, un dibujo abstracto evidente en cada poema, formado por la disposición de estratégicos vacíos entre palabras, frases y líneas. Los poemas se encuentran intercalados de espacios blancos, mudos, donde las palabras parecen emerger de una nada que los circunda. Es una nada activa sin embargo: significante; una continuidad que surge del silencio entremezclado. Silencio deliberado colocado entre las sonoridades de las palabras quizás para hacerlas más rotundas y recientes. Nos hace mecer entre la quietud y la actividad; promueve el sonido puro y la profundidad del silencio en un movimiento continuo, respiratorio. Este aspecto nos sitúa en nueva sintaxis que rompe la linealidad del discurso y la lectura, y nos sumerge en los ritmos internos del poema y también en la realidad particular que cada uno hace germinar.

TERCERO
Este conjunto de poemas o himnos (cuya clásica definición como cantos y textos que exponen sentimientos de alegría y celebración, cobra aquí plena validez) exaltan sobre todo un estado de conciencia en el que la individualidad tiende a disolverse en algo mayor, indefinido y absoluto. Propenden por la descripción de momentos de plenitud, de entrega de la conciencia a la unión con lo infinito. Poesía mística (por usar un término genérico y más bien gastado para describir estas experiencias “cumbre”) que, sin embargo, por la misma diversidad expresada en los poemas muestra que no constituyen una práctica que pudiéramos llamar estándar. No hay nada predecible en ellos, ni repetitivo. Por el contrario, esos estados, si seguimos su curso entre los poemas mismos, se manifiestan de diversas maneras, y con múltiples trazas. Son una búsqueda incesante más que un llegar a una situación conocida o verificable. Los poemas siguen el rumbo de la variedad que el poeta explota con imágenes, figuras, ritmos distintos y multiformes:

No hay un solo infinito

            ahora lo veo

cada infinito   un sabor distinto

                                                              de Purushottam Gita,1997

En la íntima lectura de estos poemas uno descubre igualmente que de lo que hablan no es tampoco la habilidad de seres especiales y dotados, hombres únicos con poderes de comunicación extraordinarios. Más bien constituyen una provocación a dejarse llevar por la fuerza de palabras e imágenes, y en ellas y en lo que representan, descubrir las alianzas no tan visibles de un todo subyacente:

La memoria se activa
en ésta
mi nueva gran cabeza
lista para percibir simultáneamente   los cofines
de lo mínimo lo máximo y lo próximo

y más adelante en el mismo poema:

Puedes conversar con todas las cosas
a través de los tremendos ojos de la vaca

                                                                  de “Altiplano”, 1999

En su célebre ensayo de hace sesenta años “La revelación poética” del Arco y la Lira, el poeta mexicano Octavio Paz reflexiona sobre cómo ese estado de ananda (deleite con lo uno), si bien puede ser privilegio de algunos, todos alguna vez lo hemos vislumbrado así haya sido por fracciones de segundo. Hemos percibido algo semejante a un sentido de certidumbre, de vivir un tiempo auténtico y original. No es necesario ser místico para rozar esas experiencias. El poeta diviniza como el místico y como el enamorado esa condición que emerge como la natural identidad humana perdida u olvidada, como esa inocencia primordial. Pero todos hemos estado enamorados o hemos sido niños para saberlo.

CUARTO
Uno tiende a sospechar que la poesía de Brahm Darshan, Himnos, no es el relato de un conjunto de experiencias que han tenido lugar para el poeta en el pasado y que ahora recrea; la narración de sus estados meditativos y de lo que pudo recordar de ellos. Por el contrario, todo indica que la experiencia y la escritura son simultáneas; el poema convoca el momento y con él la declaración de ese instante que se nombra. El poema opera pues como una especie de mantra, se constituye en una invocación y se convierte en experiencia pura. En Ars poética (la íntima confesión que hace el escritor de su manera de actuar y donde expresa las creencias del alcance de la poesía misma), dice:

La noche comprime el universo

             lo deja del tamaño de mi alcoba



mis ojos arrobados gatean sus meandros



es momento de verso


                                   de universo reunido

                                                                  de Versículos, 2007

Aquí está la evidencia de que el tiempo que van desgranado las palabras es el mismo del descubrimiento de la reunión, de la unidad universal. Si no se habla, si no se le menciona, la revelación no acontece tampoco. Lo anterior es patente en todo el libro y se manifiesta claramente al percibir que los poemas se refieren siempre a un tiempo presente. No hablan como promesas de lo que acaecerá o como descripción de lo ocurrido. El propio Octavio Paz ha mencionado cómo el presente es la forma más pura del tiempo; la única existente. El presente del poema es también el tiempo del enamorado, del niño. El tiempo de la vida real. Por eso meditar, en el fondo, no es otra cosa que ser consciente en forma cabal del presente; apropiárselo. Los pensamientos que se limitan a la situación inmediata propician la quietud anímica, la serenidad y la posibilidad de ver sin prejuicio y dolor el mundo, de conocerlo en profundidad:

Transformar el mundo
por la sola presencia

              sin ninguna misión que cumplir


Perfumar campos desérticos

              sin enseñar nada

              sin esperar

[…]

Solo de corazón a corazón


Fluye el conocimiento

              de él te alimentas

                                                aunque lo ignores

                                                                               de Sin que te des cuenta”, 1997

QUINTO
Por su afiliación a la literatura mística o de carácter religioso, pudiera esperarse que la poesía de este libro estuviera marcada por la austeridad o por las rigideces del ascetismo. Sin embargo, y asumiendo una tradición que contradice esa aparente vinculación entre mística y severidad lo que encontramos es el desborde de los sentidos. El poeta está en plena posesión de su capacidad creadora de imágenes, de metáforas explícitas y repletas de sensorialidad, dibujadas con todas las formas que arrojan los sentidos excitados; incluso en su nivel sinestésico, cuando estos se confunden entre sí, y rebosan de su propia percepción:

veo el sonido
                   y todas las formas que contiene

(… )

el oído es siempre el que mejor observa

                                                                              deSilencio”, 2010

Como en el bíblico Cantar de los Cantares o en esa cima de la literatura mística del s. XVI, El Cántico Espiritual, de san Juan de la Cruz, imágenes exuberantes, coloridas y sensuales celebran los acontecimientos amorosos en los que se complacen. Resalta en la poesía de Javier Ortiz Cabrejos la profusión de imágenes creadas, su originalidad y riqueza. En muchos casos son la esencia del poema, su razón de ser; es su fuerza, su delicado y constante ingenio las que lo dotan objetividad. El placer de la lectura de este libro está en buena medida concentrado en saltar con sorpresa y agilidad entre sus imágenes. Constituyen una seña de identidad de su poesía a la que dota de luminosidad y presencia. Y como en los poetas mencionados también el amor (a alguien indeterminado o a Dios mismo) se expresa en voluptuosas maneras y con las expresivas figuras del enamorado:

Despiertan en todas partes
verdes azules grises deleites
miles de ojos
que me guiñas
que resplandecen con tu brillo travieso
que cantan sonríen y me encantan
              que me envuelven

[…]

              Sólo tu amante

El eterno amante de todas tus formas

                                                                 de “Amor Libre”, 1995

SEXTO
Con todo, la imagen predominante en todo el libro es sin duda la del océano. No solo se encuentra inscrita en muchos de los poemas, sino que constituye uno de ellos en forma completa (“Los ríos del océano”, 1992). La simbología del océano o el mar siempre ha estado asociada con un grupo amplio de atributos y explicaciones. Representa, sobre todo, la polaridad entre la vida individual, la gota, la ola, y la vida universal, en su inmensidad; entre el movimiento de su superficie, el oleaje y la quietud de sus profundidades; entre la conciencia, la lógica y el dominio de la acción y la disolución en el subconsciente indeterminado y potencialmente peligroso, como es el poco conocido mundo submarino. En suma, es una vasta expresión que contiene y conforma en sí misma el germen de los contrarios. Imágenes del océano y de las aguas subsidarias proliferan también en muchos de los poemas: los ríos, lagunas, la lluvia, la neblina, el rocío, las lágrimas, el sudor corporal. Este conjunto de alusiones a corrientes líquidas y vaporosas no sólo revelan su final confluencia en el gran caudal oceánico ( el alusivo a “todos los ríos que van a dar a la mar que es el morir” de Manrique), sino que le dan al libro un ambiente acuoso, húmedo, donde las cosas y seres parecen más bien nadar, mecerse, que gravitar:

Este es tu universo
flota sobre mi manso cuerpo de agua


pero hay más


                                            una gota     un universo


y en cada poro    una    uno


que levita en aroma mi piel de incienso

                                                                 de “Cuerpo Celeste”, 2001


El escritor se vale de este fluir, de este movimiento tenue que las imágenes construidas a lo largo del libro proporcionan para conferir a la poesía con un nivel de conciencia y realidad ampliado, que parece estar más allá del prosaico estado de percepción y densidad de lo cotidiano, tangible y rutinario. En esta inmensa metáfora de un océano incluyente y misterioso, siempre cambiante y enigmático, representación del Ser, de las fuerzas del universo y de la conciencia humana reside probablemente el núcleo que anima este gran intento poético de decirnos lo que somos, proyectándonos en una imagen pronunciable y dúctil que refleje la totalidad.

SEPTIMO
Tal vez hay que leer este libro con el cuidado y exactitud con el que fue escrito; con lentitud, con los sentidos abiertos, sumergiéndose en sus aguas y compartiendo sus amplios designios

Dr. JOSÉ ANTONIO CARBONELL
Lic en Literatura y Filosofía de la Universidad Javeriana de Bogotá
Postgrado en Edicion de la Universidad Pompeau Fabra de Barcelona
Editor
Ex Director Editorial del Convenio Andrés Bello

Abril 10, 2013.

lunes, 19 de agosto de 2013

BRAHM DARSHAN Y EL CAMINO DEL SILENCIO, por el Escritor y literato JORGE LUIS OBANDO, Universidad Federico Villarreal, Lima-Perú


Un libro que recopile más de 30 años de poesía bien puede acercarnos a la comprensión de la poética de su autor. En este caso la poética se convierte además en la certeza de una búsqueda exitosa. Porque hay mucho de búsqueda y de sublimación en la obra del poeta místico Javier Ortiz Cabrejos, en su Brahm Darshan, o para un mayor acercamiento, simplemente “Himnos”.

 Los Himnos, están organizados siguiendo una cronología que nos lleva a ir con él de la mano hacia la búsqueda de un camino personal. Una exploración por la ruta de la percepción existencial del cosmos, y la negación de un vacío para la búsqueda de las grandes respuestas en la corriente de la espiritualidad. Como todo camino, éste no se muestra sereno o plácido al comienzo. La búsqueda es muchas veces angustiante y el camino es de un gran vacío ante la soledad inmensa del universo. Dan ganas de gritar y así lo hace en uno de los primeros versos del poemario, Umbral (1981):




¿Qué sucede?
¿Qué es lo que pasa? 

¿Dónde está mi cuerpo? 


Me estoy deshaciendo 

Me estoy expandiendo

¡Me estoy convirtiendo en luz! 



La poesía se convierte en un acto de entrega a una totalidad que aunque desconocida, llena de respuestas el yo poético, ansioso de ser Uno con el cosmos. Solo en la calma del Uno, el verso alcanza una seguridad, una tranquilidad momentánea, pero exitosa:





Danzo en comunión 
Creando lagos y torrentes 

Mientras mi espíritu 

Se regocija en tu Ser 

                       Tu dulce Ser 




La poesía mística pues, tiene tres componentes inmanentes: desesperación, búsqueda, y éxtasis. El éxtasis pleno, despojado de los aspectos subliminales de erotismo, muchas veces confundido por lecturas que desconocen el sentido exacto de la mística, que existe ya en textos tan antiguos como El Yogasutra de Patanjali, o las historias de los místicos medievales donde la unión con lo espiritual se convierte en una entrega total del Ser pleno hacia la Universalidad. Muchas veces se confunde pues, el éxtasis místico con el tantrismo, que implica erotismo y entrega carnal pero con referentes místicos. No es el caso del éxtasis, donde la persona se conecta en un sentido espiritual (aunque todo el ser está implicado) con la divinidad, haciéndose de ésta manera UNO con el universo, y accediendo a los grandes misterios que su alma necesita.

El éxtasis místico es uno de los temas donde la poesía de Javier Ortiz Cabrejos se eleva a niveles altos de sensibilidad y belleza, comparable a los grandes versos del Rubaiyat y al Cantar de los Cantares:



AMOR LIBRE (1995) 


Tu cuerpo.....


Tu cuerpo infinito 

busca unirse con el mío 

                    y no me niego 


Me seduces en todas las formas que tú creas 


Me guiñas el ojo y juegas 


Apareces y desapareces 


Te acercas a mí 


                                     Me acaricias 


Tanto tiempo a tu espera 


Finalmente decides tomar forma humana 

y dejar que te perciba 

Señor 

Mi amor 

Que vengan todos los cuerpos que tú quieras 


                            Ámame



La poesía recupera las metáforas de la naturaleza, del océano, de la sangre, del cosmos, los aspectos básicos del mundo para la composición de los versos. Esto nos lleva a una antigua época, a los grandes versos del pasado oriental, donde el lago, el río, el océano, la montaña y el árbol simbolizaban las etapas del alma humana. Estos poemas de Brahm Darshan recuperan los secretos de la naturaleza para señalar los estados del alma en el camino a su gran despertar espiritual, sobre todo en el libro Versículos (2005).

La poesía de Javier Ortiz Cabrejos por instantes nos puede llevar a la serenidad de la luminosa plenitud mística, así como en otro momento llevarnos al más angustioso vacío, no tanto del poeta que ha llegado a la paz similar al nirvana, sino de la desesperación de un mundo que no parece escuchar, que no quiere escuchar. Es aquí cuando los Himnos dejan escuchar su voz más desgarradora, convirtiéndose en un grito de angustia, de advertencia al recorrer una certeza de incomprensión, de rechazo e ignorancia:



TEMPLOS (2007) 


VIII


                  noconstruyatemplos
                 noconstruyatemplos
                 noconstruyatemplos 

No construyan templos 


                 si no ven antes 

                 un templo 
                 en cada grano de la creación 

si no sienten primero 

el templo     en el altar de su corazón


Los versos de Javier Ortiz Cabrejos conllevan una búsqueda de la paz y un testimonio de armonía posible en medio del caos de los tiempos modernos. En esta caso la portada del libro es significativa, Siddharta, el alter ego de todo buscador orientalista de la verdad, viviendo en la serenidad en medio del océano más intenso y el espacio más pequeño. La paz, no es cuestión de una búsqueda sin sentido, sino que la espiritualidad, la mística, hace posible alcanzar la meta, desarrollar una plenitud en la unidad con el cosmos. A partir de esto, la poesía de Javier Ortiz Cabrejos se convierte en un testimonio, y un llamado a las generaciones que son partícipes de los mismos ruidos pero también de las mismas posibilidades de armonía y comunión con el cosmos.

Como nos señala el título del último poemario de Himnos, SILENCIO (2010) (y aquí hago silencio, dejando que el poeta nos explique la importancia del silencio, de la vida simple y sencilla):


XIII 



Silencio 
              arrullante nube de conciencia 

la tierra desea     esas gotas frescas 

                                que aligeren su sed 

por eso 


                                 déjame volver 


tus frutos     no significan     tu ausencia





JORGE LUIS OBANDO
Escritor y Profesor de Literatura 
Universidad Federico Villarreal
Lima, Perú.

martes, 13 de agosto de 2013

"MÍSTICA Y BRAHM DARSHAN" por el DR. HELMER ZULOAGA, FILOSOFO Y ESCRITOR DE LA UNIVERSIDAD JAVERIANA DE BOGOTÁ, COLOMBIA



I - ¿CUÁL ES EL QUÉ DE LA MÍSTICA? ¡Aún no lo sé! ¿Cuál es el qué del Brahm Darshan? ¡Aún no lo sé! ¿Cuál es el qué de Brahm(a)? Aún no lo sé. ¿Cuál es el qué del Darshan? Aún no lo sé. ¿Cuáles el qué del himno de los himnos de Javier? Aún no lo sé. Ese es el “solo sé que nada sé”. Y, ahí está “cuál es el qué” de la mística. Y, ahí está el “cuál es el qué” de lo místico. “Nada, nada, nada”, grita el místico san Juan de la Cruz, al mismo tiempo que afirma que la “nada” nos conducirá al “todo”. La Mística es el “vacío de la nada” de quién ya no tiene ego. En dicho sentido, la mística, en primer lugar, es el vacío. La mística es vacío del ego, porque es un total vaciarse, que requiere la total renuncia de sí mismo, de mí mismo, y del yo mismo que me llena. Cualquier cosa, antes de llenarse, debe estar vacía. En dicho sentido, la mística, en segundo lugar, es la “plenitud del vacío”. En la mística, ese vacío es un vacío que llena, porque es el vacío de la falsa creencia de lo que “creo” ser, para ser llenado con lo que “realmente” soy. En la mística, ese vacío es un vacío que llena, porque es el vacío de la falsa creencia de lo que creo ser, para ser llenado con “el Único y lo Único” que realmente llena.

II - NO SABER en mística, dicen los que de estas cosas saben, que es bueno “no saber nada” y que es mejor “no decir nada”. En mística, dicen los que de estas cosas saben, que es, aún mucho mejor, no saber ni qué decir. Y, para efectos prácticos, etimológicamente, mística y misterio son lo mismo. Y, aún no sé, si lo apropiado es hablar de la mística del misterio, o hablar del misterio de la mística. Esta es la característica del “no saber”, de la “nada de saber” y del “vacío de no saber” que es propio de la mística.

III - LA NUBE DEL NO SABER es una rara experiencia. Es un estado de conciencia. Y puede usted no entender. Es un misterio sin nombre. Y puede usted no saber. En mística, tiene un nombre. Y, en presencia de la mente, no pretenda comprender, es llamada textualmente, “La Nube del No Saber”. Y el vacío de saber.

IV–Y “CUÁL ES EL QUÉ” DE BRAHM ¡Aún no losé! Brahm (a) es el “Poder Creador”, en sánscristo, para los hindúes. Todo creador participa del poder creador de Brahm(a). En la trinidad hindú, hay solamente un Dios creador de la energía, de la existencia y de la vida. Brahm(a) no mantiene ni sostiene, ni conserva ni preserva, como lo hace el Dios Vishnú. Brahm(a) no destruye ni transforma, como lo hace el Dios Shiva. Brahm(a) es el creador supremo de todo lo que existe y de cualquier forma que existe, y es el creador de la vida y de cualquier forma de vida, y es el creador de la energía y de cualquier forma de energía. Creador de mundos y hacedor de dioses y dador de vidas,Brahm(a) concibe seres yproduce cosas,inventa obrasy origina formas. La palabra es una forma de expresión y creación. Y así fue, en el principio de los tiempos. Y, entonces, en el principio de los tiempos, Dios habló. Y, cuando el Dios Brahm(a) habló, creó la palabra. Con su palabra, Brahm(a) creó el universo de las formas. Brahm(a), cuando habla, solo porque habla, se convierte en el poeta cósmico de todas las formas de la creación. Y, cuando habla, Brahm(a) se infunde y se difunde, en todas las formas de la energía cósmica. En sánscrito, Brahm(a) es quien hace, crea o produce. En griego, poeta es el que hace, crea o produce. Etimológicamente, poesía es creación. En griego, etimológicamente, hacer poesía es producir la creación literaria de una obra. Por eso, Brahm(a) es el poeta de la suprema trinidad. Si poesía es la creación literaria de una forma, entonces, Brahm(a) es la poesía creadora, en la suprema deidad. Brahm(a), cuando habla, hace poesía cósmica. Brahm(a), cuando habla, es el poeta de las formas literarias de todo lo que existe. El poeta que hace, crea o produce las formas literarias de lo místico, se convierte en Brahm(a). La conclusión de todo lo anterior es muy sencilla, simple, transparente y trascendente. Javier es una forma de Brahm(a). Javier es Brahm(a), porque es un Brahm(a) creador, creador literario de lo místico.

V- Y “CUÁL ES EL QUÉ” DEL DARSHAN ¡Aún no lo sé! Darshan, en general, es visión o percepción, en sánscrito. En general, la “capacidad” de ver o de sentir es un vacío que debe ser llenado con la visión o percepción de lo que vemos o sentimos. Brahm(a) es el creador de todas las formas del Darshan. Darshan, en general, es cualquier forma de visibilizar cualquier forma de energía que existe. Hay varias formas de Darshan: Darshan profano, Darshan religioso y Darshan místico.

El Darshan profano. En sentido amplio y profano de lo hindú, ver televisión es el “dur-darshan” que significa “tele–darshan”, porque quien ve televisión, ve el darshan, a distancia, de cualquier evento, persona, situación, suceso o cosa, en el sentido de ver, sentir o percibir, a distancia, las múltiples formas de cualquier realidad, en la existencia. En sentido amplio y profano, Darshan es afectarse o dejarse afectar, en forma consciente o inconsciente, por la energía de la presencia, remota o cercana o presente, de todo lo que veo, percibo y siento. La televisión es la visibilización, a distancia, de algo que, en cualquier forma, impresiona, impacta o afecta nuestros sentidos, emociones, sentimientos o pensamientos. El Darshan de la televisión afecta, en cualquier forma, nuestra capacidad de ver o de sentir, o de percibir o de pensar, o de experimentar lo profano o lo sagrado de la realidad de la energía de las cosas de la vida. La vivencia del Darshan se hace, entonces, por cualquier medio que visibiliza la energía de todo lo que existe, como energía que todo lo penetra. Ese es, en mi sentir, el Darshan, en sentido amplio y profano.

El Darshan religioso. Darshan es una palabra que, en el lenguaje sánscrito, tiene, también,un sentido profundamente religioso. En la India, en el sentido religioso, todas las personas están involucradas en el Darshan y están involucradas con el Darshan. Así, en el templo, los hindúes toman el Darshan de una deidad, o, en el ashram, presencian el Darshan de un swami, o, en cualquier escenario, asisten al Darshan de un gurú, o, en la calle, reciben el Darshan de un sadhu. o, en su mente o en su corazón, captan o sienten recibir el Darshan de un Rishi. Por eso, existen, también, destellos de experiencia mística, en la vida de todo aquel que hace una oración. Darshan, entonces, en el sentido de lo religioso hindú, es visibilizar, en cualquier forma, la “energía sagrada”de una persona, de una cosa, de un lugar, o la “energía sagrada” del símbolo que representa a esas personas o seres o cosas. Por ello, en general, este Darshan religioso es estar en la presencia o cercanía de “algo o alguien que es o se supone religiosa o espiritualmente superior”. Es ver, sentir, percibir o experimentar, con regocijo consciente o inconsciente, la “vivencia” mediata o inmediata de la “presencia” directa o indirecta de la energía de lo santo, sagrado, espiritual o milagroso. Ese es, en mi sentir, el Darshan religioso.

El Darshan místico: El Darshan es una experiencia mística, y el “Brahm Darshan” es la suprema experiencia mística. Hay la experiencia mística budista. Hay la experiencia mística hindú. Hay la experiencia mística cristiana. En india, el supremo Darshan místico es el Brahm(a)–Darshan. El supremo Darshan místico es el que viene de Brahm(a). Brahm(a) es el creador de todas las inmemorables formas del Darshan. El Brahm(a) del sol es crear energía. El Darshan de la energía del fuego es quemar, para dar luz y calor. La experiencia mística del Darshan místico es como el Darshan del sol. Los antiguos adoraban, como sagrado, al dios Sol, creador de la energía, y adoraban, también, como sagrado, al “Brahm(a) –Darshan” del sol. El sol nos da su Darshan, cada día. La luz del sol es el Darshan lumínico del sol que nos alumbra, porque es una forma lumínica de la expresión, que visibiliza la presencia energética del sol. El calor del sol es el Darshan calórico del sol que nos calienta, porque es la forma calórica de la expresión, que visibiliza la presencia energética del sol. El agua nos da su Darshan, cuando nos moja y cuando nos mojamos, cuando vamos a mojarnos o cuando permitimos que nos moje. Las flores nos dan su Darshan, cuando las miramos y cuando nos miran. Las flores nos dan su Darshan, cuando activamente las miramos, y cuando extáticamente las flores nos miran a nosotros. Si Brahm(a) crea la vida y la existencia y la energía, el Darshan de Brahm(a) es ver, percibir, sentir, experienciar y vivenciar lo divino de la energía creadora de toda vida y existencia. Darshan es la visibilización de la energía divina, en la presencia sagrada de las formas de cualquier cosa que existe. El Darshan místico son las experiencias de la trascendencia, que tiene la persona, en los momentos en que se encuentra en conciencia de unidad. El estado místico es el estado de experiencia mística. Mística es sabiduría. La mística es la “sabiduría” del amor, en español. La mística es la “sapiencia” del amor, en latín. La mística es la “sophía” del amor, en griego. Y, en la mística hindú, es el saccidananda o Sachidananda o Sat-cit-ananda, (ser, saber y beatitud), o la sabiduría suprema del ser, la conciencia y la beatitud. La experiencia mística es un estado en el que la “sabiduría sin forma”está presente, de modo permanente, en la conciencia. Los místicos aseguran que comparar el conocimiento científico con la sabiduría mística, es como comparar una pequeña y minúscula vela, con el sol del mediodía. La mística es un estado de sabiduría transcendental, porque todo lo trasciende y porque trasciende, aún, a todas las mismas religiones. Por excelencia y en forma preferente y preeminente, la mística es “estar enamorado del amor”. Es estar en el amor, permanecer en el amor y “ser en el amor”. El místico San Francisco de Asís hizo un “himno de amor”, al sol y a la luna. La mística es sabiduría , la “sabiduría del amor”, que va más allá de las palabras y las letras, que va más allá del razonamiento y del pensamiento, que va más allá de la imaginación y de la fantasía. En la experiencia mística cristiana, los místicos nos hablan de la experiencia de un “fuego de amor” que los quema, y de un amor que, como el sol, los deslumbra con su luz,y los llena de su calor. En la mística oriental, tanto hindú como budista, la mística es, principalmente,un estado de conciencia, que nos llega por una “transformación de la conciencia”. En la mística cristiana occidental, la mística es principalmente un estado de amor, que nos inunda y nos llega en un“misterio del amor”. Si unimos la “transformación de la conciencia”, con el “misterio del amor”, tenemos la definición completa de la mística. Conciencia y amor. La mística es la conciencia de unidad en el amor, y es el amor en conciencia de unidad.

La conclusión de todo lo anterior es muy sencilla, simple, transparente y trascendente. Brahm es uno, la conciencia es una, y el amor es uno. Pero el Darshan de Javier es triple, porque está aquí, en tres formas diferentes.

Primero. Hay conciencia y amor, en “la presencia del Javier” que, aquí, nos acompaña, en esta ceremonia. Es su mística presencia personal, que está aquí, como oferente, en este lugar, para hacernos la ofrenda de su poesía mística.

Segundo. Hay conciencia y amor, en “la obra literaria de Javier”. Es la obra literaria de su místico libro, que está aquí, abierto, a nuestra disposición, como libro sagrado para ser leído en el altar de lo místico.

Tercero. Hay conciencia y amor, en “los himnos de Javier”, que como cálices de flores, contienen fragancias escondidas, y derraman secretas ambrosías.

Ese es el triple Brahm Darshan de Javier, aquí, presente, con sus libros y sus himnos.

Javier es uno y único, como el “Gran Brahm(a) Creador”, porque es el Brahm(a) creador de su experiencia literaria mística, y Javier es tres, el día de hoy, en la triple expresión “presencial, literaria y mística” del Darshan. De Brahm Darshan.

Muchas gracias.

Dr. HELMER ZULOAGA VARGAS
FILOSOSOFO Y ESCRITOR. UNIVERSIDAD JAVERIANA DE BOGOTÁ
DIRECTOR DE LAS LIBRERIAS NUEVA ERA DE COLOMBIA

viernes, 9 de agosto de 2013

PROLOGO DEL LIBRO BRAHM DARSHAN POR EL DR. JOSE LUIS ALVAREZ, RAJA DE AMERICA LATINA



"Así es como me siento siempre cuando acabo un poema un silencio infinito me invade y me pregunto ¿por qué pensé en utilizar el lenguaje?"
Rumi

"And by the power of one word I begin my life again I am born to know you."
Paul Éluard

PRÓLOGO

Este único e inspirado poemario de Javier Ortiz Cabrejos nos recuerda el recorrido que la literatura y, especialmente, la poesía han tenido: la búsqueda de la plenitud del ser humano. Por mencionar unos pocos, desde los haikus, silenciosamente maravillosos de Japón; los preciosos poemas de Rumi y Khalil Gibran del mundo árabe; la poderosa poesía de Tagore, Kabir y Mirabai en la India; la invencible fuerza de Walt Whitman; el simbolismo de Paul Éluard o Pablo Neruda, Pedro Salinas o el gran Juan Ramón Jiménez intentan descubrir lo inmanifiesto y lo pleno de la vida, aquello que es completo y sin imperfecciones, el Ser Total, nuestro Yo real. Y como decía nuestro querido Neruda: «Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y esa, sólo esa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas».

Parece como si en la simplicidad casi inmanifiesta de cada uno de sus versos, se escondiera el secreto tanto tiempo buscado en nuestra poesía: ¿quién soy yo? o ¿quiénes somos tú y yo? Todos nuestros grandes poetas han sido buscadores de la totalidad. Ellos, inspirados, habiéndola percibido, sentido y a veces absorbido, la recrean en sus rimas y poemas. Lo que hace diferente y al mismo tiempo continua a esta línea de la plenitud en la poesía de la totalidad, es que no hay desesperación. No hay «noche oscura del alma», como en el bello decir de los místicos españoles en palabras del propio San Juan de la Cruz. Aquí Javier, muy silenciosamente, casi sin que lo notemos, va ocupando todo el espacio, no con ideas, sino con palabras que evocan un silencio pleno que nos revela y susurra la infinitud de la vida, no con ideales o simplemente con deseos y anhelos escondidos en un poema.

Lleva mucho tiempo a un poeta no ser quien es y mucho más tiempo al poeta descubrir que está reflejando la realidad de su Ser en palabras. Y como decía Chuang Zhu: «Cuando tenga más de cien años, cualquier palabra que escriba estará viva y quien la escuche se hará vivo con ella». Es así que las palabras de Javier y sus silencios enlazados, repentinamente nos golpean, abriendo la curiosidad a nuestro propio ser, que lejanamente percibido en la añoranza del poeta de La Noche Oscura, aparece diáfano en el mediodía de la conciencia de estos poemas.

¿Cuál puede ser la utilidad de alguien que ha encontrado a su Ser lo describa amorosamente en su poema? Susurrar la plenitud. Cuando susurramos el Silencio, cuando en cada una de esas palabras nuestro Ser está incluido, no puede, quien lo escucha, más que absorberlo y ser transformado sin saber bien cómo. Y esta, quizá, es la invitación a la experiencia de leer este libro. No va a ser únicamente una lectura intelectual. Es más bien un encuentro callado con nuestro propio Ser silencioso.

¿Cuál es el secreto que ha permitido a Javier ir más allá, y a sus poemas ser poderosas flechas trascendentales? Sin duda el contacto y aprendizaje con su amado maestro de los Himalayas, Maharishi Mahaesh Yogi, de quien recibe este conocimiento del Ser Trascendental con el que hoy nos regala el infinito vivir. Plenitud del ser humano, aquí, ahora, para todos.

Por favor, acerquémonos a esta experiencia poética con inocencia. Será absolutamente transformadora.

Raja Dr. José Luis Álvarez Roset
Presidente del Consejo.
Universidad Maharishi de América Latina y el Caribe

PORTADA DEL LIBRO BRAHM DARSHAN: QUE SIGNIFICA?


Muchas personas han preguntado sobre la portada del libro haciendo comentarios muy halagadores por la belleza y armonía que expresa. 

La fotografía de la portada corresponde a al artista y fotógrafa peruana Prin Rodríguez quién inspirada en la lectura del libro buscó una  locación adecuada durante mucho tiempo. Finalmente, luego de elegir entre algunas posibilidades, una hermosa playa de la costa limeña mostró la conjunción de todo lo necesario: una roca solitaria en forma de montaña, un mar sereno, la rompiente eventual de las olas sobre la roca que sucedía en un momento preciso del día... y la escultura.

La escultura se llama PURUSHOTTAM. Purushottam es el aspecto mas refinado y elevado de la trascendencia. Purush se refiere a lo trascendental, Uttama a lo supremo o mas elevado. La Trascendencia Suprema. 

La escultura se realizó durante un periodo de mas de un año y medio por el propio autor del libro Javier Ortiz Cabrejos a inicios del nuevo milenio. La escultura no fue concebida previamente y no se hicieron dibujos ni diseños preliminares de ella. Fue expresándose por si misma poco a poco, revelándose a través de las manos del escultor quien fue sorprendiéndose con lo que acontecía a medida que sus manos moldeaban la arcilla, descubriéndola día a día. El acabado final se realizó en resina dorada. 

La portada del libro expresa lo que es BRAHM gracias a una fotografía genial que fue tomada por la artista esperándo el momento exacto de que el agua rompiese sobre la roca bañando la escultura, y a la propia artista que echada sobre la arena tomaba sin cesar una cantidad innumerable de fotografías.

BRAHM es la totalidad. La unión de los opuestos. El infinito silencio de la TRASCENDENCIA SUPREMA expresado por PURUSHOTTAM y el dinamismo perpetuo tal como es expresado por la rompiente de las olas del mar. La vida activa expresada en el verdor vibrante de las algas y la vida silenciosa expresada en la quietud de la piedra en la que se sostienen. La solidez de la tierra y lo etéreo del cielo que se encuentran en la brillantez suprema de la conciencia que expresa el estado de Purushottam erigido en la cúspide de la creación. El celeste mar y el celeste cielo lucen fusionados y a la vez expresan infinitos matices que muestran como toda la diversidad coexiste armoniosamente en el estado de Unidad.

Ese es el símbolo de la portada del libro BRAHM DARSHAN.

EL PORQUE DE ESTE BLOG

BRAHM DARSHAN, poemario de JAVIER ORTIZ CABREJOS, publicado por Editorial Mesa Redonda, Perú, incluye 18 poemarios y 138 poemas seleccionados de su obra poética. Descritos como poemas misticos basados en la experiencia de la Meditacion Trascendental.
 
En este blog se publicarán poemas y opiniones vertidas sobre el poemario BRAHM DARSHANpara que todos los que no han podido adquirir el libro puedan disfrutarlos.
 
Javier ha sido discipulo de Maharishi Mahesh Yogi, fundador de la Meditación Trascendental y vivió con él varios años en India.
 
Los poemas de BRAHM DARSHAN parten de experiencias de estados mas elevados de conciencia,... experiencias de Unidad, expriencias de amor divino y devoción. Esta es una selección de 138 poemas de su obra poética de mas de 30 años.
 
BRAHM es un termino en sánscrito que significa TOTALIDAD, que expresa el estado completo o global del SER que incluye lo absoluto y lo relativo en perfecta unidad. DARSHAN significa VER, OBSERVAR, REALIZAR, PERCIBIR. Finalmente este poemario presenta HIMNOS del SER o Himnos a la TOTALIDAD. Por ello su subtítulo en español HIMNOS.