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miércoles, 21 de mayo de 2014

LIZET TRUYENQUE TALAVERA, empresaria, comenta el libro BRAHM DARSHAN

PALABRAS EN LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO EN LA MUNICIPALIDAD DE LA VICTORIA, LIMA.

Para mí es un grato placer presentar la obra BRAHM DARSHAN, Himnos, creación de nuestro querido amigo Javier Ortiz Cabrejos.

Para muchas personas que han incursionado en el camino de conocer su propio Ser silencioso, tener esa experiencia ha sido gratificante, única, sin igual y dicho sea de paso, además de todo eso, indescriptible.

Es por esta razón que encontramos el gran mérito de Javier, de haber podido lograr, a base de mucha disciplina, sensibilidad y constancia en la práctica de la Meditación Trascendental, la cual lo ha llevado a descubrir, cada emoción, cada imagen, cada sensación, cada deseo y cada necesidad de manera dulce, agradable, sutil, directa y clara. Como lo es el Ser mismo.

Este talento de Javier de plasmar todo ello en una hoja y luego otra, para más tarde convertirlas, en lo que a mi parecer podría ser un diario de sus experiencias más profundas y sutiles durante su meditación, muestra la más admirable capacidad del ser humano de poder crear algo sin igual, muy propio, muy único y con ese sello personal que él le da a su obra.

Es un placer leerlo y percibir la sensación de adentrarnos en un estado de relajación mental y espiritual a través de cada una de las palabras que expresa, debidamente estructuradas y elaboradas, tejiendo una descripción encantadora.

Entender qué somos, de donde venimos y hacia donde vamos como lo dice en su Primer Himno: Umbral (1981) en el poema número 5:

Quisiera ser un dios vagabundo
que ilumine rostros a su paso
y perfume
campos desérticos

Quisiera vagar en tierra

hasta que un nuevo
dios vagabundo nazca

y después
de estar juntos
un tiempo

volver 
a
ser
el

Ser

Fácilmente aquí describe la iluminación del Ser, que es lo que somos, y como se convierte en un vagabundo iluminando rostros, que es la labor que realiza un ser iluminado con aquel que encuentra a su paso y luego de estar juntos por un tiempo, regresamos, volvemos a ser el Ser. Es hacia allí donde todos vamos. Sutil y hermoso. Un recordatorio de nuestra verdadera naturaleza, el Ser que somos todos.

También encontraremos en su obra hermosas descripciones como por ejemplo el fragmento del Himno: Altiplano (1999) que en su poema número 8 dice así:

Puedes conversar con todas las cosas 
a través de los tremendos ojos de la vaca

La cebada madura es mi cabello
que agita el viento en su garganta
y
esparce sus semillas
por la hipérbole del valle

El diente de león se asoma

Un soplido basta
para que las estrellas
vuelvan al cielo

Sensaciones e imágenes claramente descritas en sus versos para transportarnos fácilmente a un estado de relajación y descanso mental.

Sean pues bienvenidos todos a disfrutar y descubrir ésta experiencia única en cada una de las páginas del BRAHM DARSHAN, los Himnos creados por Javier Ortiz Cabrejos.


LIZET TRUYENQUE TALAVERA
Empresaria